martes, 4 de noviembre de 2008

La discriminación produce hambre


La discriminación contra las mujeres comienza de pequeñas. Las niñas, en especial las del campo, muchas veces no tienen las mismas oportunidades de estudiar que los niños. En el sur de Asia sólo el 60 por ciento de las niñas, en comparación con los niños, va a la escuela. En África, la cifra es de 68 por ciento.

Fíjate, se ha investigado que si las niñas terminan la escuela primaria la producción agrícola podría aumentar un 24 por ciento. También mejoraría mucho la salud y la nutrición en el hogar y disminuiría la mortandad infantil.

Infórmate sobre el trabajo de la FAO en el ámbito de la educación.

En muchos países del mundo en desarrollo, las campesinas a menudo no tienen derecho de ser propietarias ni de heredar tierras. O cuando tienen estos derechos por ley, no se practican.

El analfabetismo y la falta de derechos efectivos significan que las mujeres a menudo no puedan obtener préstamos para comprar suministros o contratar mano de obra, ni participar en las cooperativas agrícolas o en otros grupos de apoyo a los agricultores.

También significa que las mujeres y las niñas pueden sufrir una pobreza extrema cuando mueren sus parejas o sus padres. En algunos países, la familia del esposo despoja a las mujeres de sus bienes cuando muere su pareja. Esto las hace todavía más pobres y las expone a la explotación sexual y la violencia.

Infórmate sobre las mujeres y el SIDA.

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